sábado, 29 de noviembre de 2014

¿En qué se gastan los impuestos?

En la Argentina el Estado Nacional impone decenas de impuestos. ¿A dónde van a parar? ¿Cuánto se gasta, y en qué se gasta?

Revisemos el presupuesto nacional para el año 2015 -que todavía figura como proyecto de ley en el sitio web de la Oficina de Presupuesto-. Lo primero que tenemos que ver es la composición del gasto por su finalidad. El Estado divide al gasto público en cinco grandes rubros según lo que provee: 1) administración gubernamental, 2) servicios de defensa y seguridad, 3) servicios sociales, 4) servicios económicos, y 5) deuda pública - es decir, lo que tiene que pagar por haberse endeudado en el pasado, sean intereses o el capital original.

El gasto público total asciende a la cifra de $1.251.630.248.497. That is, redondeando, un billón doscientos cincuenta mil millones de pesos. Sí, como escuchaste, un billón. A este nivel de gasto, el Ministerio de Economía asegura que se volverá al superávit fiscal (es decir, los ingresos por impuestos serán mayores a los gastos), mientras que otros dicen que el déficit se triplicará, porque el Ministerio está contando como ingresos los aportes del BCRA (creación de dinero, inflación, como querramos llamarlo) y la ANSES.


Para efectos prácticos, dividí los servicios económicos en los grandes rubros (energía, comunicaciones y transporte) y el resto (turismo, ecología, agro, finanzas). Lo mismo se hizo con los servicios sociales, que dividí en educación y cultura, salud, ciencia y técnica, y el resto (vivienda, agua potable).

El resultado:



Podemos ver que la seguridad social se lleva una porción -casi la mitad- del gasto público. ¿Qué es la seguridad social? Básicamente, el gasto de la ANSES: jubilaciones y planes sociales. ¿Es lógica esta cifra? Bueno, considerando que las jubilaciones son responsabilidad del Estado, en parte a través de la ANSES, sí, lo es. En Argentina hay cinco millones de jubilados y unos cuantos millones más que reciben prestaciones de la seguridad social.

El resto de los servicios sociales también se llevan una gran parte. Educación y cultura acaparan el 7% del gasto total del Estado, salud el 3%, y el resto -mayoritariamente programas de vivienda- el 6%.

Miremos, sin embargo, el lado izquierdo del gráfico. Los rubros de grandes servicios económicos a la energía, a las comunicaciones y al transporte, se llevan casi el 20% del gasto del Estado. ¿Qué son estos servicios económicos? Básicamente, subsidios y algunas obras. Esto es casi la mitad del gasto en seguridad social, y casi el doble que lo que se gasta en educación y salud juntos:


Tengamos en cuenta, sin embargo, que la mayor parte del gasto en educación y salud lo hacen las provincias, que son las que proveen la vasta mayoría del empleo público en esas áreas. (Las provincias no están incluidas en el presupuesto nacional).

El total de transferencias corrientes al sector privado -o sea, subsidios- asciende a la cifra de $199.506.547.329. Redondeando, 200 mil millones. Una cifra, como mínimo, extraordinaria.

Y es que los subsidios parecen ir en contra de lo que venimos diciendo de la seguridad social, ya que son la política más regresiva -es decir, que se impone a todos por igual, sin discriminar por ingreso- que existe. Tanto los hogares de ingresos altos como los de ingresos bajos reciben los beneficios de la subvención estatal a sus tarifas, aunque hayan tratado de desarmar este esquema.


Comparativamente, la deuda pública se llevará el año que viene el 8% del gasto del Estado nacional, o $96.432.221.460 - una cifra muy alta. Esto es lógico, dado que en el 2015 vencen una gran cantidad de series de deuda (por ejemplo, el famoso Boden 2015 o RO15 para los que lo miran en cartelera).

La administración gubernamental, que incluye a los tres poderes del Estado, se lleva el 6% del gasto. Un dato curioso de este rubro es relaciones interiores, que tiene asignado un monto de $30.594.544.666. ¿Qué es esto? Básicamente, el Fondo Federal Solidario -esa gran torta que se forma con los derechos de exportación de la soja-, y la producción de DNIs, pasaportes, y un largo etcétera. 

Para terminar, pensemos cuánto de este gasto termina realmente en la finalidad prevista, aunque es muy difícil de medir. El rubro "educación y cultura", si bien tiene una asignación alta, ¿está mejorando la educación? ¿Y con la salud? ¿Y la seguridad interior? ¿Y los subsidios? Todas las cifras que se muestran acá son los datos formales que se presentan en el proyecto de ley del presupuesto. No pareciera haber grandes problemas en la distribución del gasto, con excepción quizás de los subsidios. 
SIn embargo, no muestran cómo se terminan gastando - si llegan a destino o se quedan en el camino. 

Eso es otro tema, diría Santo Biasatti. 

1 comentario:

  1. Excelente. Este tipo de gráficas son importantes y difíciles de encontrar. Me encantaría ver más blogs como este para la actualidad.

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